Una gran piedra de culto considerada monumento megalítico por unos, y objeto del culto naturista de los hombres prehistóricos por otros.
Tenía como peculiaridad que podía moverse con la fuerza de un único dedo. En cambio, si se ejercía mayor fuerza el batolito no perdía su posición. Desgraciadamente, durante la Guerra Civil Española dos compañías del Regimiento Nacional derribaron la piedra mostrando así su “valentía”.
En 2003, el Ayuntamiento de Montánchez se propuso levantar de nuevo este monumento natural que volvió a lucir como en siglos anteriores. A pesar de no poder devolverle su movimiento original, el Cancho que se menea sigue teniendo una magia especial.